La película británica 1984, título original, Nineteen Eighty-Four (1984), dirigida por el director británico Michael Radford y basada en la novela homónima de George Orwell publicada en 1949, destaca por diversos aspectos, entre ellos, la no utilización de efectos especiales en la representación del mundo de ciencia ficción por encargo de la viuda del escritor británico, ser estrenada en 1984, el mismo año que Orwell imaginó en su novela y, sobre todo, la ceñida reproducción del mundo orwelliano distópico. Este film, ganador del premio a la "Mejor Película Británica del Año" en los Evening Standard British Film Awards, es la tercera adaptación cinematográfica y no sólo recrea en la pantalla un mundo gris y opresivo que coarta las libertades individuales de sus ciudadanos, también propicia la reflexión en las distintas generaciones de espectadores sobre la inminencia de un mundo hipercontrolado. Es en esta sociedad autoritaria donde vemos que el miedo opera no sólo como el principal catalizador para vigilar a los ciudadanos, sino que es la principal emoción que sustenta el imaginario urbano del Londres de 1984 perteneciente al Imperio de Oceanía, espacio en el que se ambienta la película.
Las siguientes páginas tienen por objetivo explorar las máscaras de la masculinidad que se utilizan en la película “Ikiru” (1952) o en español, “Vivir”, del director japonés, Akira Kurosawa. Antes de profundizar en este tema es fundamental contextualizar sobre la prolija producción cinematográfica que Kurosawa venía desarrollando antes de hacer “Ikiru”. Trabajó en el cine desde 1936, siendo asistente del director Kajiro Yamamoto en Photo Chemical Laboratories (PCL), estudio que posteriormente se convertiría en Toho y que en palabras del propio Kurosawa (1981), era una auténtica fábrica de sueños por la calidad de trabajos que se lograban. El desempeñarse como asistente de dirección le permitió a Kurosawa conocer en profundidad todo lo que era necesario para la producción de una película, dado que la visión de PCL era que los asistentes se convirtieran en futuros directores o empresarios. Este proceso fue fundamental para Akira Kurosawa:
La nomenclatura del cine, en su acepción etimológica de Kine, movimiento, no sólo aludía a las imágenes proyectadas propiamente tal, sino al intrincado engranaje que permitía la circulación de una película en una proyectora y su exhibición en una pantalla, con todas sus virtudes y defectos.
La imagen cinematográfica, aquella filmada en 35 ó 16 milímetros, con rayaduras, pegaduras, granos, mugre y pelusas, ya no existe.
El año 2015 las compañías norteamericanas dejaron de traer copias en soporte fílmico para los cines. La nueva tecnología que se aplica es la del soporte digital, recibido vía satelital o bajado de un servidor a un computador poderoso, capaz de igualar, pero no superar, la proyección mecánica.
Profesora de Castellano y Licenciada en Educación, Universidad de Playa Ancha.
Estudiante de Magíster en Literatura (c) UPLA.
El presente ensayo, tiene por propósito analizar la obra cinematográfica El caballo de Turín (2011) del cineasta húngaro Béla Tarr, en relación con la filosofía nietzscheana, lo que pareciera ser evidente toda vez que el filme surge a partir de la conocida leyenda sucedida en la ciudad de Turín en 1889, entre el filósofo y el maltratado caballo de un cochero, pero que sin embargo, deviene en la respuesta a otras cuestiones, “¿Qué le sucedió, de hecho, al caballo?”, como interroga Tarr, apartándose así de dicho episodio y, por el contrario, acercándose a una posible reconstrucción realista de la vida del cochero, de su hija y del mismo caballo.
Sebastián Aliaga. Actor, dramaturgo, docente y Magíster (c) en Literatura de la Universidad de Playa Ancha.
Quedan dando vueltas algunas palabras. Ismos. Ismos. Ismos. Varias que terminan así. Y eso provoca algo. Una sensación híbrida. Entre rechazo y curiosidad. Sí, porque, al escuchar eso, todo pareciera dar vueltas sobre lo mismo, con una insistencia, podría decirse, enfermiza. Los límites están demarcados desde siempre, y, sin embargo, probablemente como una manera de reaccionar al inevitable proceder del tiempo, se escarba y escarba en el mismo lugar. Una paradoja inacabable. Ésta paradoja, por lo que se puede observar, es, por un lado, que la búsqueda estética, o la resolución de un lenguaje, son indisolubles a la creación de su arte. Sin embargo, esta búsqueda de la forma, en clave obsesiva y estulta, podría llevar al creador a desembocar en su público una sensación pródiga en vacío y amargura, pero no debido al efecto de la obra, sino más bien, a su carencia de profundidad.
Carmen Gloria Carvajal Vargas
Magíster en Literatura
Universidad de Playa Ancha de Valparaíso
La novela-film “Cagliostro” de Vicente Huidobro y la película silente “El Gabinete del Dr. Caligari” de Robert Wiene convergen en que ambos protagonistas ejercen el Poder a través de la hipnosis. Este proceso psiquiátrico representa, metafóricamente, la imposición de la autoridad a grupos sociales minoritarios privándolos de su voluntad.
Muy pocas cosas definen mejor la identidad sudamericana que la de aquellas tardes de la primera infancia en las que la creatividad se ejercitaba con toda clase de artefactos que pudiesen servir como una pelota para jugar al fútbol, y en las que la calle entera se abría para conformar una cancha para una modesta pandilla de muchachos.
Agradecimientos especiales a Analía Álvarez y Byron Cabezas
Desde que apareció el cine, los mismos hermanos Lumiére se encargaron de proyectar y distribuir sus películas por todo el mundo. Sus operadores, quienes, aparte de filmar y proyectar las películas, organizaban las funciones y los locales donde se mostrarían estos filmes. Ellos llevaban consigo las imágenes, cobraban por las funciones y todo lo demás. Eran unos verdaderos hombres orquestas.
El cine que nos brindó la corta vida de Pier Paolo Pasolini (1922-1975) sin duda alguna, nació para removernos célula por célula. Pocos ejemplos en el cine europeo podemos encontrar cuya trayectoria siquiera se le asemeje.
Quiero empezar agradeciendo la invitación de Jaime Córdova y del Festival de Cine Recobrado de Valparaíso. Ya el año pasado, Jaime tuvo la gentileza de hacerlo para que yo participara en un simposio que para mí era un verdadero regalo, pues se trataba nada menos que de la obra de John Ford. Esas oportunidades son muy escasas y para mi desgracia la desaproveché, pues una invitación de la Cineteca Nacional de México, finalmente frustrada, al parecer por la inminencia del cambio de gobierno, me hizo desistir, por cruce de fechas, del ansiado encuentro alrededor de las películas del director de “The searchers” o “Más corazón que odio”, como se tituló en América Latina. Cuando quise que se me repusiera en el equipo de expositores del simposio ya era tarde y mucho lo sentí, pues no será fácil que se repita en otro espacio latinoamericano un encuentro dedicado a John Ford.
Estoy en la plazoleta de Valentín Letelier en Santiago, es el año 1967 pero no puedo saber si estoy vestido con el uniforme de colegio o si voy de paisano. Tampoco tengo claro si es otoño, primavera o invierno, y no creo que pensara que 52 años después iba a estar escribiendo lo que ahora voy a contar. Camino ahora hacia la calle Moneda y doblo hacia el oriente, la plaza de la Constitución y también la Casa de Gobierno. Sigo por la vereda de La Moneda o tuerzo en diagonal la plaza. Lo mismo da. Al norte ahora, por Morandé, está el Gran Palace, y continuando por Moneda hacia Bandera, tengo tres: a la izquierda el Metro, si sigo recto el Windsor y a la derecha el Bandera…
Santiago. 1988. Poeta. Estudiante de magíster en literatura de la Universidad de Playa Ancha, ha publicado “Beatriz” (Signo,2018), ha participado en las antologías poéticas “Usurpaestado” (Conunhueno 2016), “Inframundo” (La gorra, 2017), en la antologías Dominicanas “Muñecas” y “Faros de Esperanza (Rosa fucsia, 2017- 2018), en la antología Rumana “Vertebral” (Signo, 2017, en “Poesía en Toma” (Editorial .G, 2019), en “Itinerante” (Editorial LOM, 2019). Representó a su país en los festivales internacionales grito de mujer en República Dominicana 2017 y México, 2018, en el Primer Encuentro de mujeres que luchan, Chiapas, México, 2018, y en el Primer Festival internacional de poesía de Santiago, 2018. Ganadora del primer lugar de los juegos florales de Valparaíso. Ha sido organizadora y parte del jurado del primer Slam poético de Valparaíso, presidenta del primer Slam nacional de FILO O´Higgins, organizadora y jurado del Slam Internacional del Festival internacional de poesía de Santiago.
Desde el término del cine mudo, cine que como su nombre lo indica carecía de banda sonora, siendo sólo imagen que se sostenía a sí misma, el cine fue creando significantes no sólo a través de la imagen, sino que del sonido. Sin embargo, el sonido estuvo siempre presente en la historia del cine, incluso durante sus primeros años mudos, no sólo a través de la figura de los explicadores o la música en vivo que animaba la proyección, sino que también, a través del cine experimental.
Existen películas que han influido profundamente en la historia del cine y una de ellas es El Acorazado Potemkin del director Sergei Eisenstein. Lanzada el año 1925, es considerada una de las películas más importantes de la historia y de las más influyentes incluso. Esto se debe a la alta calidad en su montaje, con una capacidad de recoger las emociones que van siendo mostradas por la cámara. Es una película que captura a la perfección el sentir humano, el miedo, la decadencia. En el fondo, todo lo que refiere a la guerra civil.
Cualquier texto sobre Historia del cine señala la transitoriedad que el cine ha tenido a lo largo de la historia, y cómo este ha servido como medio de expresión sociocultural. Este cambio continuo que se ha dado en el arte cinematográfico ha oscilado constantemente a nivel de estructura, metodología, implementaciones y creaciones artísticas, estéticas. En este sentido, la imagen en movimiento, y posteriormente lo audiovisual ha servido como una herramienta de manifiesto dentro de la época en la que cada precursor del cine, procedente desde distintas nacionalidades, en las distintas áreas de la cinematografía, ha manifestado una crítica con respecto a la sociedad, ideología, y/o problemáticas que surgen en la medida que el contexto cambia. Es por ello que, a lo largo del presente trabajo se desplegarán los distintos procesos por los que el cine ha transcurrido, las funciones que este ha tenido, junto a los objetivos y se ejemplificará bajo el alero de la película How green was my valley de John Ford.
“Look upon the ruins of the castle of delusion. Haunted only now by the spirits of those who perished. A scene of carnage born of consuming desire. Never changing, now and throughout eternity” – Trono de sangre
Con estas palabras recitadas en un cántico espectral que, por medio de un estilo romántico, transmiten al espectador la imagen inacabada de un presente en ruinas marcado por un pasado exacerbado de pasiones, comienza el film Trono de sangre (1957), dirigido por el director japonés Akira Kurosawa (1910-1998). Este cineasta del siglo XX fue reconocido por variadas creaciones como Rashomon, Los siete samuráis, El perro rabioso, La leyenda del gran Judo, entre otras, y por un particular lenguaje fílmico presente en sus películas que fue muy criticado por algunos de sus coetáneos nipones, que lo condenaron por una “occidentalización” en su composición fílmica.
El común denominador es siempre un referente peligroso, la cultura de masas vibra por darle un apellido a las cosas y como cosas, comienza a aparecer la necesidad de ser definidas, categorizadas y catalogadas para su compresión simple y eficaz del mundo. Estamos en un apocalipsis lingüístico, dónde incluso para los, llamémoslos si se quiere “grandes cineastas consagrados criollos”, Pier Paolo Pasolini se limita a ser el director de “Salò: o le 120 giornate di Sodoma”.
Hasta mediados del siglo pasado la información era difundida a través de los “noticieros” que se emitían como parte de la programación de los cines. Antes de las películas se proyectaban estas producciones que tenían por objetivo informar. Casos ejemplares de este tipo de materiales son, entre otros, Sucesos argentinos (primer noticiero cinematográfico de Argentina), el Noticiero ICAIC (Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográfica), y en el caso particular de Bolivia, los Noticieros del ICB (Instituto Cinematográfico Boliviano).
La experiencia del cine ha mutado. El séptimo arte es un claro exponente de la sociedad misma, cómo nos vemos y a la humanidad. Lo interesante es la gran osadía que comete el cine, ha traspasado las barreras. Las temáticas y recursos no son la única manera en que este se va adaptando a nosotros como sociedad.
John Ford (1895-1973) fue un actor, productor, guionista y director cinematográfico norteamericano que ha sido considerado como uno de los mayores exponentes del cine a nivel mundial.
Belle de jour es una película francesa del director español Luis Buñuel. Fue estrenada en 1967 y está inspirada en la novela de Joseph Kessel del mismo nombre. Como sabemos, Buñuel fue un director surrealista que incluirá en sus películas elementos provenientes del subconsciente, que escarbará en lo más profundo del ser humano para revelar muchas de nuestras manías, de nuestros deseos más ocultos.
Así como hay niños que nacen en familias equivocadas, ya sea por obra del azar, el destino o el determinismo inescrutable del cual todos somos presa, Raúl Ruiz nació en Chile.
En el film The Party, dirigido por Sally Potter, después de la última escena, exactamente al inicio del desfile de los créditos en la pantalla, irrumpe en la banda sonora, de manera totalmente imprevista, un Tango.
Estudiante de la Escuela de Literatura Universidad Finis Terrae.
A pocos meses del término de un viejo año, en el que como tradición nos detenemos a sopesar los altibajos acontecidos en nuestra última vuelta al sol (como si la división imaginaria del calendario segmentara, efectivamente, la única historia que nos pertenece), se llevó a cabo en la ciudad de Valparaíso otro evento dedicado a la nostalgia, otro fugaz acontecimiento que dedicamos a la historia: la versión número 21 del Festival Internacional de Cine Recobrado.
Estudiante de la Escuela de Literatura Universidad Finis Terrae.
John Ford –director, productor y actor de cine estadounidense– fue un hombre ampliamente conocido no solo por haber desempeñado varios roles dentro de la historia cinematográfica, sino por atravesar varias épocas de esta con la capacidad de adaptarse a sus veloces cambios de paradigma, más concretamente, dentro de su trabajo como director; al mismo tiempo, se alaba la versatilidad de su coqueteo con otros géneros cinematográficos –como el drama o el documental- sin dejar de lado su principal pasión y motivo de reconocimiento: el Western. Es de esta forma que encontramos en Ford un ente histórico crucial para, entre otras cosas, el estudio de una evolución detallada, es decir con ejemplos y datos precisos, de la gran pantalla.
Resulta curioso que de todas las formas de expresión (o géneros) que tiene el cine, sea el western el que tenga la más poca aceptación entre el público femenino. Generalmente se le reconoce a las “películas de vaqueros” una cualidad masculina, donde el universo está dominado por el héroe, un tipo de héroe que “debe ser masculino (...) es el principio activo de la cultura” (Ituarte, 2004: 122), y es este universo cerrado, compuesto por paisajes agrestes y violencia lo que cierra, en definitiva, todo contacto con un público femenino.
Estudiante de la Escuela de Literatura Universidad Finis Terrae.
“Entonces, desde el fondo de su rincón, el soñador se acuerda de todos los objetos de soledad, de los objetos que son recuerdos de soledad y que son traicionados solo por el olvido, abandonados en un rincón”.
Licenciada en Literatura, Universidad Finis Terrae.
La música en el cine podría ser entendida, desde una mirada un tanto más observadora y detallista, como un medio por el cual las emociones, sentimientos, situaciones e ideologías son dadas a conocer con el fin de apelar al espectador o receptor y generar en él la conexión esperada con el personaje que emite la melodía.
Licenciada en Literatura, Universidad Finis Terrae.
Definir el concepto de “expresionismo” a grandes rasgos resultaría un tanto difícil porque es una ideología que abarca bastantes elementos que se encuentran en la pintura, la literatura, la escultura y el cine. No obstante, es posible nombrar tres características pertinentes de este movimiento a nivel general.