Nuestra Historia

El Festival Internacional de Cine Recobrado de Valparaíso nació en 1997 como una semana del cine. Fue un evento organizado por Alfredo Barría, que contó con el apoyo de las universidades porteñas y que apareció en un momento clave de la historia de Valparaíso: su postulación como Patrimonio de la Humanidad.

Poco a poco el festival fue complementando sus jornadas con invitados internacionales y la generación de simposios sobre directores claves de la historia del cine.

Se ha caracterizado siempre por ser una iniciativa privada, que ha emanado de las experiencias docentes de sus organizadores y que ha tratado de llevar a la gran pantalla títulos míticos del cine, además de plantear la presentación de cada una de las películas como una suerte de guía para el espectador, convirtiendo al Teatro Municipal en una gran sala de clases, porque si en algo se destaca esta actividad, es por su contenido crítico y pedagógico.

Tras haber transitado por diversos espacios como el ya citado Teatro Municipal, el festival se fue desarrollando en sedes universitarias y de Institutos como Duoc, incluso llegó a estar en el Cine Arte de Viña. Hoy se pretende volver a asentar al festival en un espacio que le es afín, el mítico Teatro Velarde, o “el municipal”.

En 22 años los simposios han dado paso a las Master Class, dictadas por especialistas internacionales en la materia del rescate, conservación y difusión del patrimonio fílmico, y de ahí el cambio de nombre progresivo que ha tenido el festival, desde Festival Internacional de Archivo Fílmico de Valparaíso, hasta el que ocupa hoy.

 

El hecho de que este evento se haya especializado en la labor de rescate y la difusión del archivo tiene que ver no sólo con la desaparición del soporte fílmico y su reemplazo por lo digital, sino que también con el hecho de crear conciencia entre el público de que la pérdida irreparable de la filmografía, no sólo chilena, sino que mundial, constituye la fragmentación de la memoria histórica de las sociedades.

Cabe destacar que este es el único festival en Sudamérica especializado en la exhibición de piezas patrimoniales.

Por eso la colaboración con las filmotecas chilenas, europeas y latinoamericanas es fundamental, para ver aquellas películas que no se encuentran fácilmente, y para poder volver a ver esas imágenes míticas que la pantalla del computador o de la televisión no les hacen justicia. El cine hay que verlo en grande, ojalá en su soporte original, y para allá se encamina la bitácora de viaje.